C34-LA ARAÑAS TE ATERRORIZAN.
C34-LA ARAÑAS TE ATERRORIZAN.
Rachel estaba de espaldas, bajo la ducha, con el agua cayéndole por el cabello y deslizándose por su piel. El vidrio empañado del baño dejaba entrever su silueta, suave, femenina… y perfectamente real.
Aaron se quedó quieto y el corazón le golpeó el pecho como si hubiera corrido una maratón. No quería mirar, pero sus ojos no obedecían.
—Por el amor de Dios… —susurró, tragando duro.
El agua caía en cascada por su espalda, y cada movimiento suyo era una tortura. La mandíbula se le tensó; sus dedos se cerraron en puños.
«Esto es una locura… aunque es tu esposa, Hunter. Tu esposa.»
Y ahí estaba el problema. Esa palabra lo atravesó como un dardo.
Su esposa.
De repente, todo era más complicado.
—Genial… —murmuró entre dientes—. Me caso con ella y ahora no puedo ni entrar a una habitación sin sentirme un degenerado. Perfecto, Aaron, simplemente perfecto.
Intentó apartar la mirada, pero su cerebro no cooperó. Su parte racional gritaba que se fuera, que fuera un c