El sábado a las ocho de la mañana, un grito desgarrador casi rompió mis oídos, ya que la cabeza iba a reventar por si sola de la resaca que tenia. ¡Mierdaaaa que doloooorrr!
¿Dónde estoy?
Es una cama enorme, y no me puedo mover porque hay alguien sobre mi y te