39. Suficientes para la ejecución.
—Señores, gracias por tan sinceras felicitaciones —dice Arón, con ironía evidente en su tono de voz—. Ahora, me gustaría saber a qué se debe esta amable visita, ya que no los esperaba.
—Alfa supremo, estábamos preocupados por usted, ya que no nos respondía las llamadas. Y, ante el incidente con la manada Luna Creciente… llegamos a pensar que se estaba ocultando para no darnos las debidas explicaciones de lo ocurrido… —expresa uno de los miembros del concejo con total alevosía, olvidando a quien le habla.
Arón, a tomado la decisión de no interrumpir las idioteces que dicen, los dejara que hablen, pero sus palabras tendrán precio, tal vez no ahora…
—Después de haber tomado la ley en sus manos, sin consultarnos ni siquiera en forma simbólica, como si el resto del consejo fuera irrelevante... —continúa el hombre mayor, su voz desafiante.
Asume que su cabello canoso, le da el derecho de hablarle así al Rey. Mantiene el porte imponente, su rostro delineado de arrugas del paso implacable d