—no lo haga señorita— interviene un hombre, que trabaja para Zac
Emily lo voltea a mirar, pero aún sigue apuntando a Larry, se le salen las lágrimas.
—deje hacer nuestro trabajo, no se ensucie las manos con esa escoria
—¡Maldito miserable! ¡Traicionaste a mi padre!— gruñó Emily y el hombre se acerca con cautela
—no la comprendo señorita, su padre me dejó como su mano derecha, es porque confía en mí
—¡Mientes! ¡Tú fuiste el que puso esa carta en la cocina alterando a mi madre! Estoy segura que también tuviste que ver con que mi padre haya quedado dopado, ¡Lo drogaste! ¡Traidor!
—¡Pero que señorita tan inteligente!— sonríe el hombre y Emily lo apunta a él y luego a Larry —baja el arma, y no te haré daño, ¿si ves el arma que tengo aquí?— señala él, su cintura —te puedo matar fácilmente, solo baja el arma, y te dejo ir
Emily traga grueso y retrocede.
—soy el mejor, definitivamente queda comprobado que nadie puede conmigo— se burla Larry
—¡Si te acercas más disparó!— la mirada de Emily es