PEQUEÑA AMADA MÍA. CAPÍTULO 46. Otra amante de turno
Gigi estaba sentada en su oficina, mirando la oferta de Niko en la pantalla de su computadora. Las cifras eran impresionantes, y la propuesta era aún más tentadora: un generoso pago por su "idea", como Niko lo había llamado. Pero en lugar de senti