Ese día volví a casa y como era obvio no podía estar tranquila, quería saber qué pasaba, pero no tenía ni idea de dónde buscar así que fue a el jardín trasero a disfrutar de la tarde recostada al pie de la piscina, pero con mi mente tan lejos que no vi llegar a esa mujer de nuevo
Feliz de todo los problemas que provocas –ella no pregunto solo afirmo aquella frase con ironía— ¿no deberías estar descansando? por tu embarazo—respondí y me negué a mirarla mi intención era acabar esa conversación rápido.
¿Cuándo te irás? –tan descaradamente llego a preguntarme aquello para obtener solo una risa mía, en verdad era una loca como podía preguntar semejante tontería, pero debía guardar la calma aunque fuera un trabajo duro.
La única que debería irse eres tú, ¿has olvidado