Salvador
-A la mañana siguiente-
No pude dormir en toda la noche. Enrique e izel no regresaron de “ese paseo” por el bosque y, por más que los buscamos no dimos con ellos. Admito que estoy preocupado y mucho. Espero que ambos no hayan hecho una tontería o mucho peor, que les haya pasado algo y nosotros no sepamos de ellos.
―¿Amor? ― escucho la voz de Thalia.
Al voltear, la veo sentada sobre la cama, con la trenza que usa para dormir recargada sobre su hombro y vistiendo ese suéter que en verdad se le ve muy sexy. Si no estuviera tan preocupado, juro que ya estaría besándole ese sensual y largo cuello que me fascina; supongo que ya habrá otros momentos para cumplir mi fantasía.
―Buenos días― respondo.
―No dormiste en toda la noche, ¿verdad? ― me pregunta.
Niego con la c