— Lo sé, Nikolay, pero también sé que hablará, si no es el dolor, será el deseo desesperado por seguir manteniéndose con vida. — agregó provocando que mi mente vacilara, esta no es la mujer tierna de hace un rato. — Nikolay sé lo que piensas solo con ver tu rostro en estos momentos, no estoy corrompida, solo haría lo que fuese por no perder a mi familia. — mencionó nuevamente esperando que le creyese.
— Está bien amor. Iré contigo de una vez para que interroguemos a esa mujer. Confío demasiado en tu instinto, hermosa. — mencioné sonriendo, salimos por la puerta trasera en dirección a las bodegas, la mujer que se encontraba allí no era para nada la que habíamos conocido aquel día del parto de Ivonne. Esta estaba toda demacrada, llena de sangre, esperando su muerte. — Hola, veo que nos has extrañado. — mencioné sonriendo de lado mientras ella peleaba por mirarnos fijamente a la cara.
— Veo que no has dormido muy bien, ¿No te parece bien la habitación que escogimos para ti? — preguntó Iv