Tener aliados para algunos casos
Juanne llegó a la casa grande y siguió a la cocina. Al entrar mamá Tulia, se levantó enseguida y corrió a abrazarlo.
–¿Cómo te fue hijo? ¿Lograste domar a esa fiera? –le preguntó la mujer, con curiosidad pero también con mucho cariño, ya que prácticamente crio a Juanne y lo conocía muy bien.
En la mañana se dio cuenta cuan enamorado estaba el muchacho cuando se le acercó para pedirle que le hiciera ese desayuno a Missie, en complicidad con ella prepararon el café, los panecillos calientes y los huevos, lo hizo para que ella se sintiera bien, pues había notado que tenía varios días que no comía de manera apropiada, veía que dejaba casi todo en el plato. Además se daba cuenta que estaba algo desencajada. Sin embargo no podía imaginar la razón.
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