estaba cayendo
En completo vacío.
El viento alrededor de mi cara azotaba, agité mis brazos en una actitud desesperada para alcanzar algo a lo que pudiera agarrarme pero no había nada.
No había nada alrededor, ni siquiera sabía si el suelo estaba cerca o no.
No sé cuánto tiempo pasó antes de tocar el suelo.
Jadeé recostada sobre una superficie arenosa.
Toqué la arena a mi alrededor y me levanté con dolor, pero ni siquiera sabía qué tan alto había caído ni de dónde.
Miré a mi alrededor tratando de averiguar dónde estaba y vi frente a mí un río muy largo y oscuro.
Estaba todo muy silencioso, miré al cielo y solo vi oscuridad, algunos rayos anaranjados brillaban de vez en cuando pero no se veía luna ni sol por ninguna parte.
Podría estar todavía en el inframundo.
- Perséfone, hija mía.- apareció una voz y vi una silueta femenina que salía del río.
Conocía esa voz.
"Hestia." Murmuré y me puse de pie viendo a la diosa acercarse a mí.
Hestia caminó suavemente hacia mí, sus pies descalzos no