Ximena, sorprendida, se rió, diciendo:
—Liliana, ¿estás poniendo a mamá en aprietos?
Liliana con las manos en las caderas respondió:
—Quiero ser la hermana mayor de Nicolás, solo cuando crezca podré molestarlo.
Nicolás, medio bajando los párpados, dijo sin palabras:
—Ni siquiera puedes ganarme aunque seas un año mayor que yo.
Luego, Nicolás miró a Ximena y le dijo:
—Mamá, quiero hablar contigo sobre algo.
—¿Hmm?— preguntó Ximena, —¿Qué pasa? Pareces muy serio.
Nicolás dijo seriamente:
—Liliana y yo queremos ir a ver a Leo.
Liliana también asintió,
—Mamá, también extraño a Leo. ¿Podemos ir a su casa?
Ximena pensó en Alejandro; si los niños fueran a jugar, inevitablemente tendría que encontrarse con él. Para evitarlo y, también, para dejarlo ir, Ximena bajó la mirada con disculpas y dijo:
—Mamá no puede prometerte eso. Esperen un poco, Leo debería volver a la escuela muy pronto.
—¿Por qué?— Liliana exclamó sorprendida, —Leo no ha venido a la escuela en mucho tiempo, ¿volverá alguna