Por la tarde.
Eduardo entra en la oficina de Alejandro y le informa: —Don Alejandro, el señor Jovillia vendrá a Reinovilla esta noche, ¿quiere reunirse con él?
Alejandro frunce el ceño y pregunta: —¿Cómo es que va a venir a Reinovilla?
Eduardo responde: —Dice que ha oído hablar de un cirujano extraordinario en el Hospital Reinovilla y que su hijo tiene un tumor. Ha venido especialmente para solicitar los servicios de ese médico.
Alejandro ordena: —Investiga qué médico está buscando.
Eduardo asiente: —Entendido.
Eduardo se prepara para irse, pero Alejandro lo detiene con voz fría: —¿Qué hay de la prueba de paternidad?
Eduardo responde: —Hemos enviado a alguien a realizar la prueba de paternidad con urgencia. Lo más rápido será en tres días.
Alejandro asiente y lo despide: —Puedes retirarte.
Luego, Alejandro vuelve a mirar la pantalla de su computadora. En ese momento, su teléfono en el escritorio suena. Es el correo electrónico que envió a G anoche, y ahora ha recibido una respuesta.
G: