POV Nahia De Ferguson
Tres años después…
Han pasado tres años desde que dije sí, desde que me lancé al vacío con los ojos cerrados y el corazón abierto. Y no me arrepiento. Eso es algo que jamás haría.
Cada día con Noah ha sido una construcción paciente de algo sólido, tierno y nuestro. Hemos aprendido a leernos sin palabras, a reírnos con miradas y a pelearnos sin dejar de amarnos, porque no todo es color de rosa.
Nuestro matrimonio no es perfecto, pero es real. Y es mío. Es nuestro.
En ese mismo tiempo, también me he labrado un nombre. No ha sido fácil. He tenido que trabajar más duro que muchos, demostrar más, callar cuando dolía y hablar cuando temblaba por dentro. Pero aquí estoy. En una oficina que lleva mi nombre grabado en la puerta, con una reputación que ya no me cuelga como una promesa, sino como una verdad.
Y nadie puede decir que he conseguido mi puesto solo por ser esposa del director.
Hoy, Noah me ha propuesto algo que todavía me cuesta creer: ser socia. Su voz tembló un