Capítulo 3 ― Una nueva vida...

— ¡No por favor déjame ir! — gritaba la joven asustada.

— Shh nena… no deberías tenerme miedo… soy parte de la familia — esa voz escalofriante le susurraba en el odio, sentía asco y desesperación.

— Mi madre se enterará de esto un… — el hombre exasperado le propino una cachetada que le rompió el labio.

 — Esa mujer te dejo a mi merced… ¿Crees que te vendrá a rescatar? Siente el mismo odio por ti que tu hacia mi — tomo su delicado rostro con fuerza y beso su labios, por mas que la joven intento alejarse, no tenia la misma fuerza que este asqueroso ser.

— No… ella no me haría eso… — quería pensar que su madre aun la amaba al igual que su padre, no podía creer en las palabras de este ser tan despreciable.

— Pues… créelo. Por que estaremos mucho tiempo juntos, deberías acostumbrarte mi… — su voz lasciva le hacia tener nauseas, pero, por mas que intento zafarse… no lo logro, quedándose a merced de ese demonio que la ultrajo sin la menos piedad.

Narra Dayan

— ¡Mierda! — grite levantándome de golpe, mire a mi alrededor y supe donde estaba — estoy bien… ¿Qué fue eso…

Cuando volví a abrir los ojos vi que era un nuevo día, realmente estaba en este nuevo cuerpo. Mi corazón palpitaba con fuerza ante ese sueño tan vivido que había tenido. El destino de verdad me puso en este nuevo camino, en este nuevo destino.

Me levanté apenas vi un rayo de luz, hice mis aseos de rutina, me vale, unte los tónicos que encontré en esta habitación, afortunadamente sabía leer si no, sería un gran problema.

Cuando llegó el momento de vestirme estaba indecisa de cómo usar ciertas prendas, por lo que me relajé por un momento y traje mí gusto real a relucir en este momento. La chica tenía ropa hermosa, al parecer un gusto exquisito y eso que no conocía de moda, pero la tela era espectacular y de alta calidad. Admire cada conjunto con la intensión de guardarlo en mi memoria.

Me puse una falta blanca algo ajustada, junto con un saco del mismo color, la joyería de esta chica era sumamente exquisita, realmente tenía buen gusto, me mire en el espejo tratando de memorizar mis nuevos rasgos. Piel blanca, ojos azules, cabello negro, buen busto y trasero… Valla que esta chica era hermosa.

— ¡Si lo soy! Es obvio… — solté un gemido cuando escuché esa voz.

— ¿Quién es? — pregunte observando en todas las direcciones.

— ¿Quién más? Yo, la dueña del cuerpo donde estas… — me mire nuevamente al espejo y a mi lado estaba la chica y yo… lucia como la verdadera Elizabeth Bathory.

— ¡Que carajo!

— Oye, oye no te alteres por favor… — me dijo tratando de acercarse a mí, pero cuando me gire para encararla, no estaba.

— ¿Dónde estás? — pregunte asustada

— Justo frente a ti…

— ¡Carajo! Haber detente no te muevas… — me mire nuevamente al espejo, pero esta vez era otra vez Dayan… de verdad esto es una jodida locura, no entiendo cómo podía escuchar su voz y lo peor de todo, verla… ¿Estaba volviéndome loca? No eso no, aunque ya lo estaba antes de entrar en este cuerpo. Respire hondo y Sali del armario, mi estomago rugió a si que supuse era hora del almuerzo.

Baje las escaleras y ahí estaban mis supuestos padres y Sofía listos para desayunar, cuando me vieron todos se sorprendieron, no sabía si había exagerado en el maquillaje o en algo me sentía yo, sentía que la esencia de Elizabeth estaba intacta e impregnada en Dayan y eso era justo lo que quería lograr.

 ― Buenos días hija ― me dice Johanna con una sonrisa en el rostro ― te vez tan diferente... 

 ― Buenos días madre, nada nuevo solo quería probar diferentes estilos ― podía sentir la mirada de odio de Sofía sobre mí, si supera que tuve que lidiar con esas miradas por años no se expondría así, pero dejaría que sintieran que me tienen bajo su control por un tiempo.

 ― Te vez bien Dayan un mejor estilo para lo que representas ― me dice James mirándome de arriba abajo causándome un escalofrió que recorrió toda mi espalda.

 ― Gracias Señor Hunter, tendré mejor en cuenta mi forma de vestir de ahora en adelante. — sus ojos de asombro me miraron con detenimiento, pero solo asintió y se dispuso a comer.

— Siéntate querida, debes mantenerte saludable — expreso Johanna con alegría, parecía una mujer buena en el exterior.

« Ella nunca me pidió que me sentara con ella, hace tanto que no estoy cerca de mi madre…»

— ¿Dayan?

— ¿Qué dijiste hija? — observe que todos me miraban atentos a mis movimientos.

— Nada, solo estoy diciendo tonterías — dije apenada, los demás solo se encogieron de hombros y continuaron con sus actividades.

« ¿Por qué no les dijiste que aquí estoy? » me reclamo Dayan.

« Una, me dirán que estoy loca. Dos, no entiendo nada de lo que está pasando así que quédate ahí donde estas y más tarde hablamos…» inquirí con severidad.

« ¡Eres increíble! Aquí te espero, estoy ansiosa de hablar contigo Elizabeth » no sé pero supuse que la antigua Dayan era demasiado bondadosa e infantil, quizás por eso intentaron lastimarla.

El desayuno paso sin interrupciones hasta que Lena me dijo que Ana ya me estaba esperando, me despedí de todos y salí de la mansión, cuando lo hice no me había percatado de lo hermosa y lujosa que era esta vivienda.

Un excelente gusto tenía mi supuesta madre, un jardín sumamente hermoso y limpio, vislumbre a Ana cuando se bajó de un tipo carruaje muy llamativo, ¿Como dijo Liana que se llamaba?... O si automóvil.

Ella dijo que yo sabía conducir uno así que por el momento dejaría que Ana lo hiciera, necesitaba conocer más de la época en la que estoy y sobre todo de la empresa que manejaré, agradezco haberme preparado muy bien secularmente así entenderé más fácilmente todo lo que vea pero supongo que muchas cosas han cambiado en tantos años,  solo espero poder lograr mi objetivo y que la increíble Dayan me ayudara.

 ― Jefa buenos días, ¿cómo le va? ― me pregunta Ana muy entusiasta para mí gusto.

 ― Excelente, vamos directo a la empresa hay muchas cosas con las que me tengo que familiarizar.

 ― Si jefa, le tengo todo listo como me lo pidió, además de los informes de crecimiento, ingresos y egresos, al parecer toda la contabilidad está en regla.

 ― ¿Quién manejaba la empresa hasta ahora? ― le cuestionó.

 ― Su padrastro, James Hunter. Pero solo es el presidente Interino en lo que usted toma el mando de toda la empresa, además, la junta de accionistas es quien decide todo, prácticamente el solo esta de adorno. — explico ella con detenimiento mientras me subía a esta cosa tipo carruaje.

 ― Entiendo, ¿Ha intentado derrocarme antes? — me miro confundida, pero asintió.

 ― Si jefa, de hecho supongo que el plan que tiene que presentar a contra reloj fue su idea, al menos para hacerla quedar mal — encendió el carruaje y este se movió solo, realmente todo esto era nuevo para mí pero gracias a que la memoria de Dayan estaba fresca podía identificar todo a la perfección.

 ― Mmm ¿Cuándo fue eso? ― la miro sería y ella solo frunce el ceño.

― Hace un mes cuando tomó posesión de su cargo como Vicepresidenta, sugirió que entregara la colección en menos de un mes así que, todo debe ser una trampa. Afortunadamente tengo los diseños y podemos salir de esta.

 ― ¡Maravilloso! No sé porque lo había olvidado, discúlpame — sonreí al notar que fruncía demasiado el ceño.  

 ― ¡jefa! ¡¿está usted bien?! – dice alterada y el auto se mueve de forma extraña sacudiéndonos con violencia, me aferre a lo que pude soltando los papeles que tenía en mis manos.

 ― ¡Ana! ¡Ten cuidado! — reclame enojada.

 ― Lo siento jefa me preocupo por usted. — el auto se estabilizo dándome un respiro.

 ― Esta bien solo conduce ya en la empresa hablaremos más, ¿si?.

 ― Okay.

Con eso ambas nos callamos y yo me quedo mirando por la ventana, realmente siento como si fuera un mundo tan diferente, tan extraño, todo se ve tan irreal y es que de andar en carruajes tirados por caballos ahora se mueven solos.

Edificios sumamente brillantes y altos, gente caminando por doquier, unos autos muy grandes, Dios que cosas hay en esta época.

Entra a un especie de túnel y estaciona el auto, me dice que aquí es la empresa y veo como el personal me recibe.

 ― Buenos días CEO sea bienvenida ― dice una mujer bastante bonita y elegante.

 ― Buenos días ― yo solo contesto como normalmente lo hacía en el pasado.

Ana me va guiando por dónde tenemos que caminar y a lo largo del camino mucha gente me saluda, yo solo mantengo mi rostro serio, nunca fui de sonreír mucho y en este mundo de lobos es bueno aprender a ser uno de ellos.

Entramos a un especie de cuarto o algo no sé cómo describirlo, el cual las puertas se cierran solas, al principio me puse nerviosa cuando sentí como subía y yo veía todo desde adentro, mi corazón estaba agitado, aterrado más bien.

Una vez que se detuvo salimos de ahí y yo no podía esperar para caminar más rápido, me falta el aire, debía aprender a disimular, Ana me llevo a mi despacho u oficina como ella le dice.

Me dijo que en dos horas tendríamos una junta con los accionistas por lo que tenía que ponerme al día con todo lo que no sabía, Ana me entrego unos documentos y me senté en el escritorio a leerlos, cuál fue mi sorpresa que pude entenderlos todos, fue como si el conocimiento de Dayan estuviera fusionándose con el mío.

No me di cuenta de que tanto había pasado cuando Ana me recordó que era hora de la junta, había aprendido cada puesto cada nombre de esa lista, sus mañas y trampas estaban también listados ahí, bien es hora de cazar algunos lobos y domarlos.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo