Tentación o Perdición (Saga de Tentaciones)
Tentación o Perdición (Saga de Tentaciones)
Por: Mary Meneses
Capítulo 1

Samantha.

Soy la mujer más feliz del mundo porque estoy a un día de que la mitad de mi sueño se haga realidad; me casaré con un increíble hombre al que amo con todo mi corazón. 

A mis veintisiete años puedo decir que tengo la vida que he soñado, aunque deje un sueño en pausa. Tengo una increíble y gran familia; mi hermana menor es una niña con un gran corazón, es la bebé de la familia, sí, mi hermana Esperanza tiene dieciocho años y su enfoque y sus sueños es terminar la secundaria para ir a la universidad, soy consciente que mi hermana ha repetido varios años, pero este año ha prometido estudiar para graduarse y no repetir tres veces el mismo año.

Mientras mi hermana estudia yo voy a trabajar en una gran y prestigiosa tienda de ropa. En ese trabajo me pagan quincenal, no tengo otra opción que ayudar a mis padres a compartir los gastos de la casa y lo de mi hermana, no me quejo por el trabajo honrado que tengo, pero me hubiese gustado ejercer la protección que he anhelado tener.

Mis sueños fueron ser una gran diseñadora de moda, pero la vida me lleva por otro rumbo, aunque no es malo soñar, dado que “soñar, no cuesta nada”.

Mi padre trabaja en un almacén de electrodomésticos y mi madre lavando y planchando ropa. Entre los tres luchamos para subsistir y no permitir que padezcamos de hambre o que mi hermana no tenga para un cuaderno y un lápiz. No voy a negar que mis padres consienten mucho a mi hermanita y eso no debe ser así porque ella tiene que saber que todo cuesta; tiene que valorar el esfuerzo de nosotros, y su trabajo y la recompensa que nosotros debemos tener de ella es que saque buenas notas.

—Hermana, quiero contarte un secreto —de un momento a otro salgo de mis pensamientos profundos al ser interrumpida por mi hermana.

—Dime Esperanza, tú sabes que puedes confiar en mí —me remuevo un poco en sobre la cama, para luego decidir sentarme y prestarle toda la atención que ella necesita.

—Quiero saber cómo fue tu primera vez —empiezo a toser al sentir que me estoy ahogando con mi propia saliva.

¡Tierra trágame, qué ocurrencias dices está niña!

—Esperanza si quieres que te diga todo tú tienes que decirme a qué se debe tanta curiosidad y tus inquietudes —intento ofrecerme como una confidente, pero a la vez tengo curiosidad del porqué de sus preguntas.

—Es que tengo amigas que hablan mucho de eso y dicen que la primera vez duele y que si no te cuidas puedes quedar embarazada o te puedes contagiar de una enfermedad.

¿Mmm? La mayor parte de lo que ella quiere saber se lo dicen en todo el transcurso del instituto; hablan mucho de la sexualidad, no sé, pero siento que ella me está mintiendo.

—Tus amigas tienen razón, pero tienes que saber que todo es a su tiempo y que en un momento llegará la persona indicada —llevo mis manos uniéndolas con las de ella—, uno tiene que estar con la persona por amor y no porque una de ambas pareja te lo exige o te hacen la pregunta que todos los hombres dicen "dame la prueba de amor"—maldita frase—, mi Esperanza, tú eres una niña y tienes una carrera porque soñar, un trabajo y te puedo jurar mi niña que todo llegará a su tiempo.

—Gracias, Samantha no sé qué haría sin ti —se abalanza a mis brazos—, tú eres mi hermana y a la vez una amiga.

—Esperanza siempre estaré para ti y no lo olvides jamás.

Mi primera vez fue con Fabián y él se comportó de lo más especial conmigo y no me equivoqué en decir que cuando me entregara por primera vez, él tenía que ser mi pareja para toda la vida.

—Te dejo hermanita, pasa linda noche porque mañana es el gran día —susurra cerca de mi oído—. Descansa mi hermana mayor—antes de irse se despide con un beso en la mejilla.

—Gracias linda…

Mañana es el día de mi felicidad, de mi  futuro y es el día que seré la esposa de Fabián Coleman. ¡El amor de mi vida! 

Sé que es el amor de mi vida y aunque tengamos ocho años y cinco meses puedo decir que es el ideal, hasta puedo decir que fue sacado de telenovela, lo adoro y le doy gracias a Dios por ponérmelo en mi camino.

Fabián me propuso matrimonio desde el momento que se arrodilló y me hizo la pregunta que todos hacen a sus futuras esposas, "quieres ser mi esposa", le dije que sí, sí, sí y brincaba de felicidad, una parte de mi ser está de lo más feliz y contenta, pero otra parte de mí está triste porque dejaré a mis padres, aunque ya he hablado mil veces con mi papá de que jamás los dejaría con los gastos de la casa y que aunque no esté viviendo con ellos y yo jamás los dejaré desamparados.

Fabián pudo graduarse y su licenciatura es de derecho, él está trabajando en una firma de abogados y tiene una casa cómoda, sus padres viven en España, entonces quiere decir que solo los dos viviremos en su casa, él no quiere que siga trabajando, pero yo le dije que aunque esté casada no significa que deje mis obligaciones como hija, hemos discutido mucho este tema, pero de tantas discusiones llegamos a un acuerdo, que por un tiempo trabajaré ahí y que después él me ayudará a estudiar para trabajar en lo que me gusta.

(...)

Ahorita me encuentro en casa de mis padres, porque es así, casa de ellos porque en unas horas viviré en otro lugar, mi mamá me está ayudando en arreglarme.

—Hija te verás toda una princesa con este vestido blanco —mi madre está llorando y eso me pone sentimental.

—Madre no llores porque si no todo el maquillaje se arruinará —no quiero llorar en estos momentos, tengo que ser fuerte para que mi madre no se sienta triste.

—Tienes razón mi niña, hoy es un día de festividad, felicidad y de puro amor.

—Ves madre, así es que la quiero ver siempre feliz y recuerda que a pesar de que me vaya yo siempre les daré todo mi apoyo económicamente.

—Ya mi niña no hablemos de eso y es mejor que nos apresuramos porque en una hora tenemos que llegar a la iglesia.

***

Nos terminamos de alistar y mi padre acaba de venir por nosotras para llevarnos a la iglesia, mi padre se ve guapo con ese esmoquin azul y mi madre de un vestido color pastel, porque mi madre y mi hermana son mis damas de honor.

— Hija apresuremos el paso porque Fabián me llamó que todos los invitados están en la iglesia y que los esperan con ansias —gruñe, mi padre está exagerando un poco, creo que la novia tiene que durar siempre porque ella es la que tiene que deslumbrar para que el novio se enamore más de ella. 

—Vamos papi y yo estoy que todavía no me lo creo.

Fabián mandó una limusina para qué nos llevará a la iglesia, yo estoy que exploto de los nervios, no sé qué hacer, siento que se me bajó la presión, siento un montón de mariposas en el estómago, siento mareos, yo siempre decía que las mujeres antes de casarse  sufrían una crisis nerviosa por la una razón de que son unas locas, pero me equivoqué porque yo estoy pasando una crisis nerviosa antes del matrimonio.

—Mi niña ya llegamos, estás lista para toda la felicidad que se te avecina.

—Sí padre, ya estoy lista.

***

La limusina se detiene al frente de la iglesia y mi padre me ayuda a bajar, y mi madre me ayudará a llevar la cola del vestido.

Entrando a la puerta de la iglesia la música empieza a sonar. Ta, ta, ta, tan... Ta, ta, ta, tan... Ta, ta, ta, tan... 

Todos nos miran, ¡toda la atención está en mí!, mis piernas tiemblan cada paso que doy, mi padre lo nota y me tomó del brazo con más presión y eso significa que no tenga miedo, que él siempre estará conmigo.

Llegamos y mi padre me entrega a Fabián, pero antes le dijo unas cosas en el oído, Fabián me tomó del brazo y me dijo que soy la mujer más guapa y especial que existe en todo el mundo, me sonroje como una chiquilla. Ambos nos dirigimos al altar, para que el padre pueda iniciar con la boda.

—Por lo tanto, ante esta asamblea, les preguntó, Fabián y Samantha, ¿Han venido aquí a contraer matrimonio por su libre y plena voluntad y sin que nadie los presione?

—Sí, vengo libremente —ambos contestamos.

—¿Están dispuestos  a ser fieles el uno al otro en el matrimonio, durante toda la vida?

—Sí, estoy dispuesto.

—Sí, estoy dispuesta.

—¿Están dispuestos a recibir de Dios, responsable y amorosamente, los hijos y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?

—Sí, estoy dispuesto.

—Sí, estoy dispuesta.

—¿Se comprometen a amarse y guardarse mutua felicidad durante toda la vida?

—Sí —contestamos en unísono.

—¿Están dispuestos a recibir responsablemente a los hijos, fruto de su amor y a educarlos en la fe de Cristo?

—Sí.

—Unan sus manos y expresen su consentimiento delante de Dios y de su Iglesia.

—Yo, Fabián, te acepto a ti Samantha, como mi esposa y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vida.

¡Lo amo!

 —Yo, Samantha, te acepto a ti Fabián, como mi esposo y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida.

 —Fabián, ¿aceptas a Samantha, como esposa y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y amarla y respetarla todos los días de tu vida?

—Sí, la acepto —contesta, y mi corazón salta de emoción al ver esos ojos brillantes, ¡él me ama!

 —Samantha, ¿aceptas a Fabián, como esposo y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y amarla y respetarla todos los días de tu vida?

—Sí, lo acepto —¡lo acepto porque lo amo!

El señor confirme con su bondad este consentimiento que han manifestado ante la iglesia y cumpla con ustedes su bendición. Y lo que Dios acaba de unir; que nunca lo separe el hombre.

 —Samantha, recibe este anillo como signo de mi amor y de que siempre te seré fiel. En el nombre del padre, y del hijo, y del espíritu santo.

—Fabián, recibe este anillo como signo de mi amor y de que siempre te seré fiel. En el nombre del padre, y del hijo, y del espíritu santo.

—Con el poder que se ha otorgado los declaro marido y mujer, puede besar a la novia —ambos nos miramos, y con un poco de nerviosismos acompañado con amor él se acerca y une sus labios con los míos. 

Rafael.

No puedo creer, ya pasaron diez años que no veo a Liz, pero eso no quiere decir que no estoy al pendiente de lo que hace, dónde va y con quien está. Desde aquel encontronazo que tuve con Dylan no deja que me acerque a Liz y solo se comunica conmigo a través de un intermediario, nuestra relación de hermanos se destruyó desde que ambos nos desafiamos por el amor de Liz, me duele en el fondo de mi corazón que Liz escogió el amor de Dylan, pero no me importa que todos me digan masoquista, pero yo amo a esa mujer y no pierdo las esperanzas que ella me ame.

Yo siempre sigo al frente de los negocios y mientras Dylan está con su familia yo estoy al frente de todo y soy el más poderoso de la mafia, nadie, pero nadie se mete conmigo, el que me traiciona; el que me roba, el que me apuñala es hombre o mujer muerta, hay negocios que los veo personalmente y hay otros que mandó a mis trabajadores. Mi vida durante estos años no han sido fáciles porque me muero por mi único amor y sobre todo me he enfocado mucho en el trabajo para evitar pensar en la fantasía de estar con Liz para toda una vida, he tenido muchas mujeres y ninguna me sacia mis ganas de buscar a mi Liz, ninguna me llena de amor, ninguna me llena de pasión y siento que me estoy hartando de esperar tanto, pero como dicen “el que espera su bien le llega”.

La relación que tengo con Dominik cada vez es más fuerte, él es mi amigo, aparte que tengo a Juan que es mi mano derecha, porque en este negocio uno tiene que tener una sombra. Dominik está viviendo en Italia, Dylan está viviendo en Rusia y yo estoy viviendo en Grecia y viajó a todos lados porque así son los negocios, viajar, dirigir, y m****r.

Mi sobrino ángel es mi informante aparte que tengo un par de hombre siguiendo a Liz, ángel dice que me quiere mucho y que no se lleva bien con su padre porque para la vida de Dylan el hombre alfa es Dayron, aunque le aconsejo que eso no es cierto, él niega que su padre lo ame como ama a su primogénito.

—Jefe, disculpe que lo interrumpa, pero quiero decirle que hoy tenemos un trabajo que hacer y es quitarle todo a Fabián Coleman, él nos debe mucho y se rehúsa a pagar todo lo que ha consumido —quito mi mirada del ordenador para penetrarla a Juan.

—Así que el pobre diablo es un adicto —cabeceó un poco, luego en mi rostro se dibuja una sonrisa maliciosa—, Juan, alista todo y diles a nuestros hombres que se preparen para nuestra visita V.I.P.

—Jefe, me acaban de informar que está celebrando una boda, corrección jefe, ¡su boda!

—Así que el hijo de puta está gustando mi dinero, me importa que se acaba de casar, pero de qué me paga y de eso me encargo yo —me levanto de golpe—, Juan, él piensa que ganó y que seré blando con él, pues se equivocó el muy imbécil porque mi dinero es mi dinero.

Nadie se mete conmigo y de que hoy me paga con su vida es porque me pagará, él se equivocó en meterse con la mafia más poderosa y sobre todo con hombres poderoso, que ni le importa si destruyen o no, solo quieren lo que es suyo y él tiene algo que es mío, que es mi dinero.

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