Capitulo 40

Cuando escuché que había llegado al ala este, supe que me buscaba.La puerta se abrió de golpe. Al verlo lo supe sus ojos que alguna vez me amaron estaban llenos de furia, un guerrero que ha perdido la fe. Tenía a la niña en brazos envuelta en una manta de lino fino apretándola contra mi pecho. Su hermano dormía profundamente, ajeno al rugido que se acercaba. Me arrodille frente a el, Mi rey. Mi esposo. El padre de mis hijos. Pero sus ojos ya no eran los mismos. No había ternura. No había reconocimiento. Solo un abismo.

Sin decir una palabra tomo a mi hija con una de sus manos y sin dudarlo le arrebato la vida con su espada, algo dentro de mi se rompió pero no pude culparlo, nisiquiera me inmute ante ese acto horrible, estaba dispuesta a entregarle mi vida, si eso terminaba con su furia, si eso le daba paz.

se acerco un poco más a mi, la voz de Seung retumbo en el pasillo, los ojos del rey se inyectaron de sangre, levanto su espada y acerto un solo golpe, pude sentir como la sangre ca
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