Capítulo Doce.
Rosse Smith.
No…
No puedo valer madres por un mensaje.
Me señalo el corazón—¡No! Escúchame bien, tú no puedes volver a latir tan rápido por alguien. ¿Okay?
Me levanto de la cama para dirigirme al baño y hacer mi rutina mañanera, me miro fijamente en el espejo, luego me quito mi pijama y entro a la ducha. Después de varios minutos tomando un baño lavo mis dientes para salir e ir a vestirme, saco un par de zapatillas y un vestido casual de tiros de mi bolso, me recojo mi cabello en una coleta alta, bajo las escolares y encuentro a mi madre y mi abuela desayunando en la isla de la cocina.
Abrazo a mi abuela por detrás y le doy un beso en su mejilla— ¡Feliz cumpleaños abu!
Mi abuela sonríe felizmente— Gracias, cariño.
Mi mamá se levanta y toma su plato y el de mi abuela para lavarlos.<