Había confiado en él. Estuve a solas con él en muchas ocasiones, siempre ocultándome ese secreto tan grande.
Ocultándome quien era y mientras los días pasaban, cada cosa tomaba su lugar hasta que pude resolver una parte del rompecabezas. No tenía ganas de salir, ni de hablar. Solo bajaba a medio comer, pero todo lo que comía terminaba directo en el retrete. El solo ver la comida, me recordaba a Silas.
Al hecho de que hasta Will no hubiera sido el único al que asesinó a sangre fría. Había muchas posibilidades de que una cifra que desconocía estuviera manchando sus manos. Las mismas que tomé y amaba.
Me había enamorado de un asesino. De alguien que es capaz de todo.
Durante la siguiente semana, todos los días venia. Intentaba hablar