Aleshka Zaytseva
¿Qué carajos acabo de hacer?
Lentamente me aparté de él y abrí los ojos una vez estuvimos a pocos centímetros de distancia. No podía creer que había besado a un desconocido, muy guapo por cierto, pero aún así desconocido.
—Dios, lo siento mucho — puse mis manos en mi rostro intentando ocultar lo avergonzada que me encontraba por haber seguido el juego y besarlo.
Me había encantado, pero no podía ir por la vida haciendo eso con cuánto hombre guapo se me atravesara por el frente. Esta había sido la primera y última vez que haría algo como eso.
—No te disculpes, Aleshka —tomó mi rostro entre sus manos y me hizo mirarlo a los ojos —, no tienes que hacerlo cuando me encantó ese beso.
Oh
Dios
Mío
Tragué grueso al escucharlo y mi corazón comenzó a latir como loco dentro de mi pecho. Y ni hablar de los dinosaurios locos en mi estómago, esos tenían una discoteca montada ahí.
Luego de carraspear y recuperar la poca cordura que aún quedaba en mí, lo miré seriamente y decid