Ella
Cora se gira para mirarme, con los ojos muy abiertos, y las dos corremos hacia la ventana. Cora llega primero, descorre el pestillo y abre de par en par la ventana, asomándose para poder ver. Yo también me asomo, con los ojos fijos en el suelo.
Mi mirada se fija, al instante, en la acción.
Un h