54~ Hermanos de sangre.
Cuando lograron salir de la manzana los disparos se detuvieron, los vidrios de la patrulla en la que iban estaban rotos y por suerte todos dentro estaban a salvo. El capitán Bernal había pedido refuerzos y al lugar llegó todo un batallón.
— Doménico no logrará escapar — le dijo el hombre a Aurora mientras ella sujetaba la cabeza de su hermano — de eso puede estar segura, sus amigos estarán a salvo.
Filippo parecía haber recuperado las fuerzas y miraba por la ventana rota con la expresión vacía, pero estaba bien que era lo importante.
Cuando Aurora y los pocos que quedaron llegaron a su departamento Pietro los estaba esperando y Aurora no pudo mirarlo a la cara, tenía los ojos enrojecidos y las ojeras marcadas.
— Lo siento — le dijo aurora y el hombre se sentó pesadamente en el mueble — intenté regresar por ella, pero no me dejaron — Pietro pasó saliva.
— Lo sé, estará bien — murmuró más bien como si quisiera convencerse a sí mismo — nos hemos visto en peores situaciones.
— ¿Cómo está?