Murilo
Volví a llevar mi mano a su húmeda raja y reanudé el juego con su hinchado capullo, que ella sentía visiblemente.
Luego me tumbé sobre su cuerpo y sentí cómo se tensaba, pero yo seguía cabiendo entre sus piernas, mientras frotaba mi dolorido miembro contra su pelvis y la besaba con ansia.
La deseaba y esperaba que la experiencia también fuera buena para ella, pero me sentía como un joven lleno de deseo y no estaba del todo seguro de poder contenerme mucho más.
Tomé mi miembro entre mis manos y lo guié hasta su entrada, deslizándolo y comenzando a penetrarla lo más lenta y suavemente posible, pero sintiéndome a punto de estallar de excitación al sentir cómo era prácticamente estrangulado por su apretado canal.
"Estás demasiado apretada... " dije sin contenerme, sintiendo el sudor brotar en mi frente, por el esfuerzo de controlar mis movimientos.
" Aaii... " Prácticamente sollozó, cuando penetré un poco más en su canal bien lubricado, pero aún muy apretado. "Duele... un