cap. 5

Mientras tenían un agradable desayuno madre e hija, Maggie sintió como si alguien la observará, era una sensación muy extraña, miro hacia todas partes confundida pero no había nadie.

— Pasa algo Maggie?,— dice la madre mirando a todas partes también.

— No es nada, de pronto sentí que alguien me miraba, pero debe ser el cansancio.— mejor se mantuvo calmada para no preocupar a su madre.

— Pobre de ti cariño.— le toma su mano para animarla.

El resto del desayuno es muy alegre, hacia mucho que no sonreía como aquel día, de verdad pensó que había olvidado como hacerlo.

Pero por mucho que pareciera feliz, ya nunca sería la misma de antes, hay heridas que ni siquiera el tiempo puede curar, al pensar en eso suspiro con pesar.

— Mamá, iré al baño, ahora vuelvo.— su madre asintió con la cabeza y ella se alejo.

Mientras se lavaba las manos, no dejaba de pensar en quién podría estarla siguiendo, y si la familia Milton la estaba vigilando y ya sabían sobre su visita al ginecólogo, eso la tenía muy inquieta.

De salida se le doblo su pie provocando que tropezar, y justo cuando creyó que iba caer al piso, choco contra algo muy duro y unos brazos la sostuvieron, segundos antes de que ella abriera los ojos, directo a su cerebro llegó el olor más agradable que ella pudiera imaginar, fresco y a la vez cálido.

Rápidamente se recompuso y se enderezó para dar las gracias al hombre que estaba frente a ella y quién había sido su salvador.

— Muchas gracias, en verdad, y disculpe las molestias.— dijo sin levantar la mirada, para hacerle ver qué estaba apenada.

Además de que no le interesaba en lo más mínimo saber cómo se veía, aunque olía delicioso eso sí, pero asta ahí, no podía tener ningún tipo de sentimiento hacia otro hombre jamás.

Al ver que aquel hombre no respondió nada y se retiró ella levanto la mirada para entonces ver su espalda alejarse, un pequeño vistazo basto para notar que tenía un cuerpo muy bien trabajado, Maggie desinteresada se dió media vuelta y volvió con su madre.

— Cariño tenemos que irnos, tu padre se siente mal, en este momento su asistente lo está llevando al hospital.— dice la madre muy angustiada.

— Pero como paso eso.?, vamonos— tomaron sus bolsos y salieron a toda prisa, rumbo al hospital central.

—Familiares de Ray Ordóñez?— pregunto una enfermera.

— Somos nosotras— dijo Maggie.— Por favor díganos como se encuentra mi padre señorita.—

— El señor Ordóñez está estable, fue solo un golpe de calor, le hemos puesto una intravenosa y ahora mismo pueden pasar a verlo.— Con un pesado suspiro le agradecieron mucho a la enfermera y se apresuraron a ver a su padre.

— Papá — lo abraza y lo besa — Pero que susto nos has dado — le dice frunciendo el ceño.

— Así es cariño, como puedes asustarnos de este modo—

— Basta las dos, le dije al inútil de Rubén que no les dijera nada, solo hizo un escándalo, no es como que me este muriendo.— dijo enfurruñado.

— Papá sabes que es su obligación informar todo lo referente a tu salud, eres el CEO después de todo, debes estar sano para todos.—

— Hum, si quiero enfermarme lo haré.— era muy testarudo. — Mujer, ve y arregla mi alta, quiero irme ya mismo.

— De acuerdo, pero de ya te digo que la intravenosa se va con nosotros a casa.—

Su madre podía cuidar la salud de su padre, era una doctora jubilada después de todo, el señor Ray quería hablar con Maggie a solas.

—Querida, cierra la puerta con seguro por favor, tengo algo que decirte.— esa mirada la conocía, había problemas, así que hizo lo que le pidió y se sentó en un banco junto a el.

— Dime papá, te escucho.—

— Hija, sabes que serás tú quien herede toda mi fortuna no es así?, te preparamos para manejar la empresa por tu cuenta.— hizo una pausa.

— Pero quiero tu opinión, después de todo es tu patrimonio y lo eh formado para ti, dime, deceas tomar el mando tu?, o estás de acuerdo en que pase a manos de tu esposo?

— Que pasa papá, acaso hay algo que no me estás diciendo, estás enfermo de verdad!?— estaba aterroriza de pensar que algo malo pudiera pasarle a su padre.

— No te hagas ideas que no son, la verdad es que ya no quiero seguir al mando, le eh dado todo lo material posible a tu madre, pero ahora quiero viajar por el mundo como ella siempre soñó.— dijo con una mirada dulce.

— Papá pero que dices, me había preocupado, pero si solo es eso, entonces, que tal si me das un tiempo para pensarlo?.—

— Desde luego cariño, tomate tu tiempo, avísame cuando tengas una respuesta quieres?.— ella asintió con la cabeza.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo