— Bueno, en cuanto a las condiciones que dijiste anoche, puedo aceptar.
Escorpión sonrió, aparentemente de buen humor.
—No me decepcionaste.
Natalie dijo palabra por palabra: —Si le pasa algo a la gente que me rodea, aunque te persiga hasta el fin del mundo, te mataré.
—No te preocupes. No les haré daño si aceptas mis condiciones. Volveré a ponerme en contacto contigo dentro de tres meses.
Al colgar, Natalie respiró hondo, dejó el teléfono y se puso a trabajar.
En el mayor hotel de Monteflor, Hotel Gloria.
Matilda se despertó sintiendo nada más que debilidad y falta de fuerzas.
Se sentó lentamente y se puso nerviosa al darse cuenta de que estaba en un hotel.
Miró hacia abajo y respiró aliviada al ver que seguía llevando la misma ropa que anoche y que no sentía ninguna incomodidad.
Recordó que anoche había ido con Carlos a reunirse con un cooperante y que, tras beber una copa que éste le había dado, se había sentido mal rápidamente y luego se había quedado en blanco.
Pero recordaba vaga