— Habla — dijo José, con una mirada penetrante.
— Hace tres meses, alguien comenzó a invertir en el Grupo López en secreto a precios elevados. Una gran parte de los inversores con pocas acciones se las vendieron a esa institución — informó Rafael Rodríguez.
— ¿Qué institución?
— Todavía lo estamos investigando — respondió Rafael con cautela.
— Por fuera, es una empresa normal, pero fue fundada hace muy poco. Creo que hay algo sospechoso.
— Investígalo a fondo — ordenó José con firmeza.
— Asegúrate de recopilar todas las pruebas que puedas.
— ¡Entendido! Puede confiar en mí, señor José — respondió Rafael rápidamente.
Esa noche, José no volvió a aparecer. Adriana pensó que su actitud distante había herido su orgullo, y que se había ido enfadado. Eso le dio un poco de paz.
Llamó a su asistente para informarle que no podría asistir a la conferencia del sector al día siguiente. Decidió aprovechar la noche para descansar bien.
Sin embargo, al día siguiente, al abrir los ojos, vio a José sen