Los empleados se presentaron uno a uno y ella trató de grabar sus nombres.
Amir dio una mirada de advertencia a los hombres que trabajaban para él, algunos lo notaron, otros no.
Cuando el timbre sonó cada uno volvió a sus quehaceres.
— Debe ser tú hermano, ¿podrías quedarte aquí unos minutos? tengo que explicarle unas cosas antes de que te vea. — La mirada de Amir fue al vientre de la joven, apenas tenía 4 meses, pero su estómago dejaba ver muy bien donde estaba su hijo, creciendo poco a poco.
— Sí, sí, no hay problema.
Candy no quería ver a Matt, estaba tan dolida por su abandono, pero no quería decirle a Amir, él le dijo que eran amigos, y no quería que se enojara con ella.
Cuando Amir se fue ella pensaba.
“¿Entonces esta es mi vida de ahora en adelante? Mi hija será feliz aquí y yo... ¿podré ser feliz? ¿Por qué me siento tan feliz cuando Amir me toca? ¿o me mira tan fijamente? ¿Qué es lo que me sucede?”
<