Capítulo 32. Reencuentro.

—Buenos días, hermosa.

Una voz ronca me despierta. Intento abrir los ojos, pero me pesan demasiado. Me acomodo en la cama, acercándome un poco más al cuerpo musculoso y tibio que tengo a mi lado y al que estoy abrazada como mono araña. Estoy tan cómoda.

—Dormilona —murmura, divirtiéndose a mi costa.

Yo respondo con un gemido lastimero, seguido de un puchero.

—No seas así, abusadora —replica Aiden, ante mi reacción—. Ya, despierta.

Abro un ojo, con mucho trabajo. Su mirada gris está enfocada en mis labios.

—Si sigues haciendo esos ruiditos y poniendo los labios así, no respondo de mí.

Su mano, colocada en mi cintura, se aprieta, dando indicios de un deseo creciente. Sus caricias despiertan mi cuerpo de forma inmediata, mis ojos dejan de pesar y estoy segura de que mi mirada, también, está cargada de deseo

Leia este capítulo gratuitamente no aplicativo >

Capítulos relacionados

Último capítulo