3-Camino a la batalla

Julieta

Me desperté muy temprano, hoy es un día de muchas actividades y locuras. Me preparo para salir a trabajar. ¡Ah! El almuerzo con el capitalista.

-Eso significa que hoy hay guerra-  No crean que me gusta pelear pero… no está bien hacerme enojar. Hago una cara de maldad frente al espejo.- ¿Qué usare para esta primera batalla?- Miro el closet, tengo ropa formal para cuando tengo que cumplir el requisito social, tengo ropa semiformal para la chamba, y la ropa informal para cuando voy a mi librería o estoy en casa, bueno en casa son las pijamas, me gusta ser fodonga. Pero ahora voy a una reunión muy importante, así que no puedo ir con mis pantalones de mezclilla, tal vez, un vestido, o un pantalón de vestir… oh no  -Nada, señorita Julieta, no necesitas nada de esto para impresionar, se tú, siempre ser una misma, si eso.-    que me define mis pantalones de mezclilla negros, una blusa de tirantes ajustada por debajo de una blusa violeta un poco más fresca encima, con unas botas negras bajas, no me gustan los tacones. Mi cabello trenzado hacia un lado con algunos pequeños cabellos rebeldes a los lados. No me gusta mucho el maquillaje, solo me delineo los ojos y me pongo un poco de brillo rojo en los labios.

Siento que me veo guapa y poderosa, mido 1.60 y soy de complexión media, un poquito rellenita de amor, y así me gusto. Mi cabello es negro y lo tengo demasiado largo, me gusta así. Mi piel es morena, Abigail me dice que soy morena clara, pero no entiendo la gama de tonalidades, solo se que soy morena y ya. Mis ojos son de color café obscuro, me gustan, dicen que tengo ojos coquetos, les creo. También tengo unas cuantas, muchas pecas, más en la nariz y en la mejilla izquierda, me gustan.

Ya lista, después de desayunar y esas cosas de los rituales matutinos me voy a la librería. Amo ese lugar, es como el paraíso de las letras. Hace dos años fundé está librería, al principió era un espacio de encuentro entre editoriales independientes, y fuimos notando que eran pocos los espacios en los que se podían encontrar sus publicaciones, y así, después de discutirlo con mis amigas me apoyaron a crearla, en sí, me dejaron el paquete porque ellas están mucho más interesadas en la editorial, y a mi me encanta la divulgación y ventas. Utopías Clandestinas es mi otro retoño, está en una de las calles escondidas de Iztapalapa, una de las delegaciones de la Ciudad de México con altos índices de violencia. La librería a veces hace de lugar de encuentro para vecinas y vecinos, para talleres para niños y niñas, y demás actividades, así que creo que ha sido un buen lugar para la delegación y la colonia.

Katerin e Irene son quienes administran el lugar y se encargan de las compras y ventas de libros, son unas maestras de los números y de acciones creativas.

-¡Julieta! Mana, que bueno que viniste- Me dice Irene con su efusividad de siempre, mana es diminutivo de hermana, nos llamamos así entre nosotras.

-Ya saben que cada martes me paso a dar mi vueltica, ¿Cómo ha estado todo?- Las saludo con un abrazo y me siento detrás del mostrador, en realidad me acomodo para escuchar los chismes, siempre que vengo pasa a segundo plano para ellas el hablar de la librería, siempre hablan del pueblo, de las fiestas, la escuela de Katerin, sus novios o exnovios, y otras cosas. Pero me matan de risa, así que no les niego su deseo de hablar de lo que quieran. Después de media hora, por fin llegan al tema.

-Entonces la semana pasada cerramos con buenas ventas, pero lo importante es que la Biblioteca Independiente de La Raza nos mandó algunos libros y una caja con algunos pequeños libros que necesitan suturas, sabes que eres buena para arreglarlos.- Me dice Katerin.

-Espera Katerin, falto algo, Julieta, amiga, ayer vino un bombón, bueno es el bombón que viene como tres veces al mes, exclusivamente por publicaciones de la editorial, yo digo que está enamorado de alguna de ustedes, o de mí.- La muy loca suspira

-Vaya, es bueno tener a clientes frecuentes en la librería, la próxima vez invítalo a una de las lecturas de poesía o cuentos.- Le pido de manera profesional, aunque le vale, ella quiere que lo vea y “me lo coma” o “comérselo ella” en sus palabras, no las mías.

-Vamos, mujer necesitas acción, no todo son libros, poesía, cuentos y lo mismo de siempre, necesitas salir.- me dice con un puchero- además, está guapísimo, alto fortachón tipo que hace ejercicio pero no al extremo, cabello corto rebelde, moreno sexy, ojos verdes, puf que te derriten amiga, siempre está serio pero su seriedad enamora…- Internamente me río por sus locuras, le ha de gustar mucho el chico.

-Ya Irene, vayamos al grano.- Le pongo un alto a su locura

-El grano es que le daré tu nombre para que lo conozcas y se enamoren y…-La interrumpo.

-Irene, estará guapo pero no es lo que busco, además, en qué quedamos, el amor no es solo lo físico, también el alma, la personalidad y otras cosas y acciones, no te hagas castillos en la mente, que el amor no es como nos lo pintan, el amor romántico duele, amiga, ese que nos enseñaron a esperar, no hay príncipes guapísimos perfectos, hay personas reales.- le digo y es que ya me cansé de sus locuras.

-Bueno, solo digo que espero que en algún momento puedas compartir tu camino, como dices, con alguien y de una manera sana y distinta, con amor de verdad, sabes que te queremos, y que no te lo digo en mala onda.- Me arrepiento un poquito por ser intensa, es verdad que se preocupan, pero bueno.

-Está bien.- cedo un poco- entonces siempre viene y le interesan nuestros libros, ya sabes invítalo la próxima vez, y no seas acosadora, recuerda que este lugar no está echo para la violencia.- Me sonríe y comienza la junta real, el asunto al que vine.

A las 10 de la mañana corría a la editorial y es que estas mujeres me contaron muchas cosas y luego entre a revisar libros, cuando vi la caja de libros que han sido maltratados por el uso me dio tristeza, pude arreglar unos cuantos, para después salir volando, casi como una bruja. Al llegar comenzamos con otra reunión para otra convocatoria de cuentos, paso otra hora y después a correr al centro de la ciudad para llegar a la editorial del capitalista. Típico, en el centro de la ciudad, en un super edificio de mil pisos, en la zona de empresas de la ciudad… es como el cliché de las novelas, el típico millonario que establece sus empresas en el mejor lugar de la ciudad. Bueno, también leo esas novelas, hay que ser dinámicas en cuanto a géneros y eso.

Llegué justo a las 12, derrapando puesto que el tráfico era tan intenso que no pude llegar unos 5 minutos antes que es mi rango de puntualidad. La chica de recepción me sonrió amable.

-Buenos días, estoy aquí para una reunión con el gerente Irving Castellanos, mi nombre es Julieta Román.- Le explico de manera amable a la recepcionista quien rápidamente teclea en su computadora.

-¿Qué quieres con mi novio?- Escucho detrás de mí. No creo que sea para mí, no le hago caso.- Te estoy hablando, además de fodonga sorda- y me tocan el hombro, es que que les importa, no había un código de vestimenta para esta reunión, además vengo con la furia contenida para la batalla, entonces que no me la saquen antes porque no respondo.

Me volteo de lo más tranquila contando hasta 100- ¿Te conozco? Estoy aquí por una reunión de trabajo, ¿Eres tú el señor Irving Castellanos? ¿No? entonces no tengo porque hablar contigo.- Menciono entre tranquila y entre un poco enfadada.

La muy loca se ríe pero de repente para y observa detrás de mí. Se aparece una chica muy linda de cabello castaño muy largo y vestida de manera muy profesional. Me sonríe con mucha efusividad y me pregunto ¿Es a mí? ¿A caso la conozco? Me abraza de repente, es que en esta empresa están locos ¿no?

-Buenas tardes, tú debes de ser Julieta, es un gusto soy Selene Castellanos asistente del gerente, ven, vamos a la reunión.- sin dejarme hablar me toma del brazo y me conduce al elevador. La chica loca y celosa se quedó con cara de odio, y Selene sólo la vio feo y sonrío victoriosa. No me gustan los problemas entre mujeres ni en los espacios de trabajo, son demasiado desgastantes. Pero bueno, para qué me meto.

Cuando recupero el habla le digo -Hola Selene, si soy Julieta, espero no haber llegado tarde, gracias por recibirme hasta acá.- Sonrío de manera profesional.

-No agradezcas nada, es un honor que estés en nuestra editorial ¡No te imaginas, te admiramos tanto!- La sentía sincera pero, no sé qué creer. Al final nos habían robado tres proyectos. No sabía que pensar así que me limite a sonreír.

-Mi hermano se morirá cuando te vea.- Vaya, hermanos. Claro es Castellanos. Seguro que su hermano no sabe lo que le espera.- Eres tan hermosa, la editorial que tienen es genial, yo soy tan feliz de leer los libros que publican y…-Demasiado parloteo y demasiada energía tiene esta chica, me recuerda a Irene, sí, seguro fueron hermanas locas en otra vida, ojalá que no se encuentren en esta vida porque sino ¡Jesús de Veracruz! Sería como el Big Bang, un choqué de energías positivas. -Mi mamá ama a tu editorial, y la librería Utopías Clandestinas, no sé pero presiento que es parte de su proyecto porque parecen tener el mismo estilo, mi hermano siempre va. -Trato de seguir la charla, pero sigo pensando que no sé que creer. Y de nuevo sonrió profesional y agradezco sus observaciones.

Después de no sé cuantos pisos bajamos del elevador. Esta chica tiene pulmones impresionantes, creo que no ha respirado desde que nos encontramos, habla y habla y habla… Llegamos a un piso bastante elegante y amplio, con grandes ventanales que daban a hacia reforma, era temporada de jacarandas y que belleza…no puedo evitar soltar un suspiro es que esas flores son bellas, pero en primavera todos los arboles florecen y dan un espectáculo hermoso, todo morado, y cuando las flores caen se forman tapetes de flores, le da un estilo como de cuento de hadas, aunque no sea muy fan de ese tipo de libros, pero en sí es hermoso ese espectáculo. Ahora, desde esta ventana veo las copas de los árboles un hermoso camino de árboles frondosos. Me encanta.

Me parece que me quedé demasiado tiempo viendo esta hermosa imagen, hasta que un carraspeo me saco de mi ensoñación. Volteo pensando que es Selene instándome a volver a la tierra para indicarme a dónde debo ir. Pero el tiempo se queda paralizado.

Siento que me aguanto la respiración, o que respiro con dificultad, algo me pasa. ¡Oh, por Dios! Y es que soy atea pero hasta este momento me sale esa expresión. Frente a mi hay un chico muy guapo, pasa de la guapura estándar o estereotipada, no suelo quedarme como idiota viendo hombres ni objetivarlos como suelen hacerlo los acosadores, pero el chico frente a mi tiene una belleza entre turbia o más bien misteriosa que me ha dejado impresionada.

¡Julieta! ¡Compórtate!- me regaño mentalmente, pero es que, vaya, vaya que es resplandeciente este muchachón. Es alto, yo creo como 1.90 de altura, es fornido, con un cuerpo atlético pero sexy y fuerte, hasta con traje se medio nota o se nota muy bien, pero muy bien. Su traje es negro con una camisa blanca, zapatos relucientes. Sus ojos son verdes hipnóticos, tiene una mirada entre fría, misteriosa, un poco sorprendida, pero encuentro también un poco de miedo y dolor, o eso creo yo. Es moreno, con cabello castaño como su hermana y está medio despeinado, sexy. Él es sexy, y yo tengo una sensación muy extraña.

¡Joder, Julieta! Es que no, esto está raro, nunca me había pasado quedarme como idiota comiéndome con los ojos a alguien, bueno no es alguien ni cualquiera es, es pues es el capitalista que me cae mal, sí, eso es. Pero no sé qué diablos me pasa.

-Buenas tardes, señorita Julieta- Me dice el guapo capitalista, con una voz ronca y sexy que me dan ganas de agarrarlo a besos y mordiscos, ¡Es una barbaridad! Lo único que logre fue morder mi labio inferior y después de parecer una pervertida, reaccione. Será una batalla difícil, creo que subestime a mi oponente.

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