—Lo primero que vi al llegar al dormitorio fue como la luz de la luna iluminaba el bello rostro dormido de Lind, parecía la versión mejorada de bella durmiente, eclipsando a todos con esos tentadores labios carnosos, su tez no era muy buen y eso no me gusto
—Debes salir Oscar, necesito revisarla por completo y sé que no te va a gustar, ella va a estar bien no te preocupes
—Asentí hacia Raúl, bese su frente y camine a la puerta. Has lo que tengas que hacer, no importa que, yo me hago responsable
—Lo sé, debes tenerme un poco de fe, ella va a salir de esto como siempre, no va a dejarte solo para que te cojas a la primera que te abra las piernas. Lo vi salir con la decepción a cuesta y la moral hecha pedazos, no sé cuánto va a durar este sufrimiento
—Doctor Becker, tiene que venir
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