–En quince días será la recaudación anual de fondos de la ciudad, darán una fiesta y quiero que vengas conmigo –mencionó conduciendo el auto mientras regresamos a la ciudad.
–¿Será muy lujosa?
–Un poco, pero vendrán algunos socios importantes y me gustaría que estés ahí.
–No lo sé, será muy elegante y no tengo que ponerme, además no soy muy de esos eventos –me excusé.
–En los últimos días has hablado con las personas adineradas y cerrado los negocios sin tartamudear y ya que te niegas a recibir un aumento seré yo quien te compre algo –insistió.
Supongo que si es en la ciudad todo está bien, estás noticias nunca son demasiado importantes.
–Está bien iré contigo y no te