—Creo que paso —suspiro—. Prefiero encontrarme a alguien nuevo.
—¡Esa es mi amiga! —aplaude Anna y vemos las dos como Marissa nos ignora manteniéndose ocupada en retocar su maquillaje.
Justo cuando estábamos por abrir la boca, sonó la campana que marcaba la primera hora de clases y como rayo guardó sus cosas.
—Bien, las veré después, tengo...algo que hacer —nos dice Marissa tratando de ocultar su nerviosismo.
Anna y yo nos miramos y al querer alguna de las dos abrir la boca para cuestionar su extraño comportamiento, Marissa ya se había ido.
—Esta sí que está loc