CAPÍTULO 39. Idénticas
[LIAM]
Aquí.
Esta casa, este patio, todo...
Todo me recuerda a ella.
¿Por qué vine?
¿Por qué más?
Por mi saco. Se lo dejé accidentalmente el día del encuentro en el teatro.
“¿Ni tú te lo crees?”, me reta mi subconsciente.
Y porque hace dos días que no veía a mi loquita de ojos azules.
No debería estar aquí. Sé que es muy posible que vea a Andy, y también sé que se desatará una guerra cuando esta familia sepa que por quien vine es por Lena.
Luego de darme cuenta de que vivía en la mansión Harrys, concluí que no sé casi nada de ella. Así que decidí contactar con Luis, un amigo y excelente investigador privado. Él me ayuda a saber con quién estoy tratando —ya sean inversionistas, socios, empleados o cualquier persona que entre a mi empresa—.
Soy desconfiado, ¿qué se le puede hacer?
Le pedí a Luis que investigara a Lena. Ayer me llegó el informe. Como siempre, Luis con su eficacia y profesionalismo.
Aun así, no pude leerlo. Algo en mí me decía que no violara su privacidad de esa manera.
P