Y Natalia sería atacada por la multitud.
Estaba claro que la preferencia de José por Natalia era evidente.
José no quería que le relacionaran con Rebeca en esas ocasiones, pero Cristian era alguien que no podía permitirse no conocer.
Así que, mientras Rebeca iba al baño, él, Natalia y Laura se dirigieron hacia Cristian.
Se presentó: —Señor Figueras, hola, soy el padre de Natalia... y Rebeca, José Mena, mucho gusto.
Cristian le dio un apretón de manos decente y dijo: —Señor Mena, encantado de conocerle.
José miró a Natalia y le dijo: —Rebeca es un poco cabezota, y hay un malentendido entre ella y Natalia... Como padre, siempre he tenido la esperanza de que pudieran llevarse bien, pero Rebeca no ha sabido escucharme...
Cristian hizo como si se diera cuenta de algo: —Ajá...
—Sí. —José terminó con un suspiro y volvió a sonreír. —Sin embargo, Rebeca pudo conocer a un joven talento como usted, y como padre, me alegro mucho por ella, y me enteré de que se fue a trabajar a su empresa, así que