Esa tarde, poco después de que Rebeca regresara del Grupo Lafuente, su celular sonó de repente.
Era el psiquiatra de Selena, que llamaba para informar de que Selena había tenido un breve momento de lucidez esa tarde, pero que posteriormente su estado mental se había deteriorado hasta casi colapsar, una condición poco frecuente en los últimos años.
Rebeca palideció y se apresuró a ir al hospital: —¿Cómo ha podido pasar esto? ¿Qué ha ocurrido exactamente?
—Hemos investigado a fondo y no hemos encontrado nada inusual por el momento.
Pero sin factores desencadenantes externos, ¿cómo podía Selena haber empeorado así?
Rebeca observó a Selena en el monitor, inconsciente por las pastillas calmantes, y luego habló con el médico durante un rato antes de bajar las escaleras, con la mente llena de preocupaciones.
Cuando el ascensor bajó al siguiente piso, las puertas se abrieron. Rebeca levantó la mirada y se encontró con los ojos de Karen y Rita.
Karen le lanzó una mirada fulminante a Rebeca en c