Con la ayuda de Cristian, la falta de una computadora no causó mucho retraso.
Sin embargo, esa misma tarde, el Grupo Lafuente tuvo un asunto urgente que requería la atención inmediata de Rebeca. Sin el ordenador, esto resultó bastante problemático.
Al revisar los documentos enviados por el Grupo Lafuente en su celular, Rebeca comenzó a arrepentirse de haber rechazado el ordenador de Logan.
Pero el asunto era urgente...
Rebeca subió las escaleras, deteniéndose ante la puerta del estudio de Logan. Tras un momento de vacilación, llamó a la puerta.
—Adelante.
Logan estaba sentado muy ocupado frente a su computadora de escritorio. Cuando Rebeca abrió la puerta, él levantó la vista hacia la entrada.
Al ver que era ella, no pareció sorprenderse, e incluso habló antes de que Rebeca pudiera abrir la boca: —¿Necesitas usar el ordenador?
Rebeca se quedó en la puerta: —...Sí.
Logan sonrió y empujó el portátil que estaba a un lado hacia ella, indicándole con un gesto que se acercara y lo tomara.
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