Por la tarde, después de que Natalia terminara su trabajo, quiso pedirle a Logan que cenara con ella, y después de llamar varias veces sin éxito, finalmente llamó al secretario de Logan, Luis.

Cuando este se puso al celular, le preguntó: —Logan no atiende al celular, ¿sigue ocupado?

Luis se sorprendió un poco y dijo: —El jefe vuela esta tarde al extranjero por negocios, ¿no lo sabía?

Natalia dio un respingo.

Era cierto que no lo sabía.

Logan no se lo había dicho.

—¿Su viaje de negocios ha sido una decisión improvisada de hoy?

—Sí.

Aunque hubiera sido una decisión improvisada, debía de haber tenido tiempo de llamarla o enviarle un mensaje.

Sin embargo, no le había dicho nada...

Se tensó un poco al pensarlo.

Tras unos instantes de contemplación, tomó su bolso y salió del despacho mientras llamaba a Carolina.

Esta estaba tumbada en el salón jugando al puzzle y atendió rápidamente al ver su llamada: —¿Nati?

—Sí. —La voz de Natalia era suave. —Carol, ¿ya estás en casa?

Carolina: —Sí.

Natali