Carolina ya llevaba tres días en la casa de los Estrella, por la noche, Rebeca estaba en su habitación secándose el pelo cuando sonó el celular de la niña.
Esta vio el nombre y, feliz, giró la cabeza para decirle: —¡Mamá, es papá!
Una vez que Rebeca asintió, Carolina descolgó el celular: —¡Papá!
Logan: —¿Ya has cenado?
Carolina: —¡Sí!
Se intercambian saludos antes de que Logan indicara el motivo de la llamada: —Mañana es el día que tenemos previsto quedar con Nati, así que enviaré a alguien a recogerte dentro de unos minutos.
Durante la estancia de Carolina aquí, aunque Rebeca había estado ocupada con el trabajo y no habían tenido muchas oportunidades de pasar tiempo juntas, se había divertido mucho.
Aún no estaba preparada para irse y, cuando recibió la llamada de Logan, dijo inconscientemente: —Papá, creo que no...
Antes de terminar la frase, se le ocurrió algo, y cambió de opinión y dijo con voz algo apagada: —Vale, entonces quiero que vengas a recogerme en persona.
Ante la petición