Rebeca reaccionó y fue la primera en apartar a Logan.
—Relájate.
El tono de Logan era despreocupado, como si esperara esa reacción, y la mano que le estrechaba la cintura empleó un poco más de fuerza.
—¡Tú!
No podía separarse, pero tampoco quería armar jaleo y llamar la atención.
Seguro que tenía algo que decirle, si no, no se habría acercado.
Dejó de forcejear y dijo fríamente: —Suelta lo que tengas que decir.
Logan bajó la mirada, ante la frialdad de su rostro, no le dio importancia, y le preguntó en un tono muy habitual: —¿Cuándo piensas atender la llamada de Carol?
Rebeca: —Después de un tiempo.
Logan se ríe de su respuesta: —¿Diez días más o menos?
Rebeca hace una leve pausa: —...Más o meno.
Ella y Logan se iban a divorciar, y aunque no tuviera la custodia de Carolina, seguía teniendo una obligación con ella como madre.
A partir de ahora, pensaba dedicar un día al mes a Carolina.
En unos diez días, hacía un mes.
Logan: —Bien.
En este punto, la conversación había llegado básicament