Matt salió de las calles de Barcelona y condujo cerca de una hora hacia las afueras, hacia la playa, para cuando llegamos estaba haciéndose de noche. El camino fue tranquilo seguimos conversando sobre música y riendo por sus bromas y ocurrencias. Después de un rato veo que entra a un estacionamiento lleno de coches, él sonríe buscando donde aparcar y cuando consigue un puesto se estaciona y me comenta
— bien, es hora de volverse un poco locos...—
Me guiña un ojo y desciende de la camioneta, yo lo imito y me reúno con él al frente a la misma. Me tiende su mano y la tomo dudando, sonríe y me dice
— venga confía en mi... vas a pasarlo en grande...—
Camino tras de él, al frente solo veo coches, pero a medida que avanzamos puedo ver que la playa frente a nosotros no se ve tan a oscuras, esta medio iluminada, y hay un montón de gente andando