-Perdónenme, hubiera preferido que vinieran en otro momento. -les habló con ternura, no quería que se sintieran regañados.
Iba a ir por un vaso de leche cuando el timbre de la casa empezó a sonar. Era extraño ya que no esperaba a nadie, entonces se puso alerta por cualquier situación, se tocó la pistolera de su cintura y maldijo cuando recordó que se la había entregado a Black. Caminó directo a la sala donde tenía una de repuesto cuando escucho la voz de Marcus del otro lado de la puerta.
-Soy yo, Marcus. Ábreme por favor -Catherine suspiró y abrió la puerta observando a su esposo un poco abatido. Se hizo a un lado y dejó que pasara a su casa sin decir nada-. Necesitamos hablar.
-Creo que sí. -Estaba de acuerdo, ambos no estaban en la misma sintonía y no creía de verdad que lo suyo fuera a funcionar. Tenía que ser clara desde ese momento.
-Sobre los Calis... -Catherine parpadeó sin entender. Para ella no había nada de que hablar sobre los Calis, Catherine haría lo que creyera convenie