Me doy la vuelta y Ericka está dentro del río, también se ha lanzado pocos minutos después de mí a rescatar a su hermana. Mientras yo sonrío por la locura de estos dos, ella se molesta, pues ha mojado su ropa y su pelo.
Entre risas Laura, Rodrigo y yo comenzamos una guerra en el agua, mientras Ericka se lamenta por lo ocurrido.
—¡No lo puedo creer! ¡Laura! Ya estoy mojada gracias a ti, mi cabello, mi ropa, no andamos preparadas para el río ¿En qué estabas pensando? — le grita a su hermana.
—En vivir el momento hermana, en ser feliz, dejarme enamorar, abrirme a la vida…— le responde con aires de poeta y filosofo.
—Y tenía que ser gritando como loca para hacer que Fernando y yo interrumpiéramos nuestra reunión— se lamenta.
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