Capítulo 5

—¿Hace mucho que me esperas? —pregunta acomodando su campera

—Recién llego —respondo con una sonrisa.

—Esta es para vos —me ofrece otra campera de cuero y la miro.

—¿Es tuya?

—Se la pedí a un amigo, después se la devuelvo —guiña un ojo—. Entonces... ¿Estás lista?

—Lo estoy —respondo mientras me acomodo la campera sobre la camisa militar.

—¿Te subiste a una moto alguna vez?

Lo primero que vino a mi mente fue mi madre. Ella me había prohibido subirme a una moto desde la vez que me atrapó intentando subir a la de un amigo, le daba terror.

No entiendo su concepto de cuidadora cuando claramente vi fotos suyas arriba de una cuando era joven. Incluso ella tenía la suya, pero ahora se supone que ni siquiera puedo mirarla desde lejos sin que a ella le de un infarto.

Pero mi ella no estaba acá...

—¿A dónde vamos? —dije tomando el casco, intentando ser valiente.

¿Mencioné los efectos del alcohol sobre mi?

—Donde quieras ¿Sigues sintiéndote ebria?

—Creo que no... bueno si, un poco —me río

—¿Quieres ir por una hamburguesa?

—¡Si! —levanté las manos feliz

Ella se subió a la moto y estiró su mano para que la tomara y subirme detrás. No recuerdo haber sentido tanta taquicardia en algún momento, pero sin dudas ahora estaba superando todas las anteriores. Jamás me había subido a una moto y sumando a que me encontraba con Selene Johnson lo hacía aún peor.

Esta noche la puedo tomar como el día más rebelde de mi vida, jamás me había escapado para ir a una fiesta y ahora me sumo montarme a una motocicleta de una chica que recién conozco para volver al pueblo. Genial.

—Agárrate fuerte, de todas formas prometo no ir tan rápido.

—Es mi primera vez, ten piedad de mi.

Recordé que aún tenía la chaqueta de ella sobre mis hombros, así que me la coloqué bien y subí el cierre para no perderla. Luego de tomar una profunda respiración subí detrás de Selene y cerré los ojos cuando escuché como el motor rugía. Quizás sería mucho más difícil de lo que imaginé, así que en cuanto ella comenzó a conducir y  sentí el viento contra mi cara, la abracé la cintura más fuerte que pude.

Maldita sea ¿Desde cuando haces estas cosas, Milena?

El viento frío sobre mi rostro me hacía sentir bien, aunque no podía mirar mucho ya que todo estaba bastante oscuro esta noche, pero podía oír como la música se escuchaba cada vez menos hasta que desapareció por completo. Mi cuerpo estaba lo más pegado a su espalda posible, ella conducía bien, pero no podía evitar sentir un poco de vértigo aún. Cierro los ojos y me concentro en otra cosa, supongo que  vamos a llegar más rápido si hago eso y no estoy temblando como una hoja.

—Hemos llegado.

Creo que en un momento me perdí, ni siquiera me había dado cuenta que la moto ya no estaba en marcha y que Selene me miraba con diversión. Fue cuando me di cuenta de que aún seguía un poco ebria, de lo contrario estaría muerta de vergüenza pero solo me  bajé lentamente y respiré profundo para no temblar frente a ella.

Okey, no fue tan malo como creí, incluso podría decir que me divertí por un momento. Creo que la sensación del viento chocando en tu rostro es aún mejor que cualquier otra cosa.

—¿Te dio mucho miedo? —pregunta mientras se saca el casco.

—No, estoy bien. Supongo que fue mejor de lo que creí.

—Si querés podríamos volver en taxi, no tengo problema con eso.

—No, no te preocupes. Puedo con esto, conduces bien de todas maneras.

—Eso es bueno —sonrió— ¿Qué hamburguesa vas a pedir?

—Una doble —sonreí tímida

—¿Querés sentarte en una de las mesas? —pregunta mientras caminamos—. Voy a pedir y vuelvo enseguida.

—¡Espera! —ella me miró—. Voy a darte el dinero...

—No, no es necesario. Fue mi invitación, así que pago esta vez.

—Gracias —ella me da una última sonrisa y luego sigue su camino.

Doy un suspiro y me siento en una de las mesas. Apenas hay dos personas a unos cuantos metros y el motivo de eso es que estamos a plena madrugada de un sábado, aún no hay nadie cerca de acá.

Quizás no es tanta locura después de todo, Alex la conoce y ella no me dejaría marcharme con la chica si no confía al menos un poco en ella, pero sigo pensando y mucho. Mi cabeza a veces piensa más de lo que debe y termino volviendo a la situación de hace unos minutos, cuando Lucrecia se enfrentó a mi.

¿Es que algo podía salirme bien?

 Había estado esperando ese momento por mucho tiempo y me equivoco de chica, encima con alguien de la cual ella detesta y ahora quizás me odia porque me fui. No sé lo que está pasando conmigo esta noche, pero solo deseo que algo me salga bien de una vez por todas.

No creo volverla a ver después de todo y quizás puedo animarme a enviarle un mensaje más tarde, pero por cómo me habló ni siquiera estoy segura de que se lo merezca, en todo caso Lucrecia debería pedirme disculpas primero.

Salgo de mis pensamientos cuando escucho unos pasos acercándose, es cuando noto que Selene viene con una enorme bandeja con la comida y un par de gaseosas.

—¿Estás bien? —preguntó preocupada mientras acomoda las cosas en la mesa.

—Si ¿Porque?

—Pareces perdida ¿Seguro que no te arrepentiste de venir conmigo?

—No es eso, solo creo que tomé demasiado. No suelo tomar tanto.

—¿Y te sientes bien? ¿Quieres vomitar?

—Estoy bien, supongo que se me pasará un poco —digo haciendo una mueca

—No te preocupes, en cuanto terminemos te llevaré a tu casa —sonrió—. Por cierto, siento lo que pasó con Lucrecia , no era mi intensión que terminara así, la verdad.

—No importa eso, sé que ella no tenía ningún motivo para tratarme así.

—Y nunca debería haberlo hecho.

—Mañana hablaré con ella —Selene hizo una mueca antes de morder su hamburguesa—. No me gusta esta situación.

—Si eso te hace sentir bien, si. Aunque no deberías permitir que ella te hable como te habló hace un rato.

—Lo sé —hago una mueca—. Supongo que fue un momento de enojo.

—¿Con vos? ¿Qué se supone que hiciste?

—Nada.

—Y ni así tiene el derecho de tratarte mal —ella rasca su cabeza—. Yo no quiero meterme en tus asuntos, sé que no me conoces, pero si conozco a Lucrecia y sé cómo puede llegar a actuar.

—¿De donde la conoces tanto?

—Fue novia de mi mejor amiga por años, tuve el tiempo suficiente para observarla y por eso ella no me gusta para nada. No es la primera vez que trata a las personas así y no quiero que haga lo mismo con vos.

—Supongo que no conociste a la misma que conocí yo —ella da un suspiro y asiente.

No creo que hablar sobre Lucrecia sea una buena conversación ahora mismo. Estaba claro de que ella la odiaba y yo no podía cambiar ese pensamiento ni tampoco podía verla como me la describía.

Estuvimos unos minutos comiendo en silencio hasta que decidí romper el hielo, no quería que Selene se enojara conmigo ni pensara nada malo, ella me caía bien.

—¿Tenés novia? —pregunté comiendo una papa

—¿Novia?—rió—. No, no tengo una ¿Y vos?

—Creí que salías con Belén...

—¿Y quién te dijo eso? —preguntó arrugando sus cejas

—Eso decían en el colegio —levanté mis hombros

—Dudo que una cuarta parte de lo que se rumorea en el colegio sea cierto, Milena. ¿Y que es lo que dicen de mi? —levanta ambas cejas y sigue comiendo.

—No lo sé —jugué con el papel de la hamburguesa para evitar su mirada

—Estoy segura de que tenés la peor imagen de mi si te guías por las cosas que dicen.

—¿Entonces porqué no me contás un poco de tu vida? —la miré interesada y ella sonrió

—Puedo decirte muchas cosas, pero mejor es que  te des cuenta ¿No?

Los ojos divertidos de Selene me hacia sonreír, no tenía idea de que me estaba pasando, pero esta noche solo me estaba dejando llevar. Ella era agradable y estaba pasando un buen rato, después de todo no parece tan mala como dicen.

Ella era hermosa, era realmente hermosa.

—¿Me esperas que voy a llamar a mi hermana? —preguntó una vez que terminamos de comer

—Si, claro.

Eso solo me hizo acordar en mi madre, ella tendría que estar por algún lugar y si me ve por acá de seguro enloquece. Creo que quiero estar en la casa de Alex cuanto antes, no me quiero arriesgar a que me encuentre y estar castigada por el resto de mi existencia. Aunque no quiero estar sola, ni siquiera sé si Alex volverá temprano, por lo que se me ocurre preguntarle que quizás pueda ir con ella un rato hasta que mi amiga decida volver.

—Listo. —ella volvió unos minutos después

—¿Podemos ir a tu casa? —pregunté avergonzada

—No puedo —ella comenzó a tocar su cabello nerviosa—. Mi hermana está con su novio, perdón.

—No te preocupes.

—¿Porqué lo preguntas?

—Porque mamá se irá a lo de mi tía más tarde y solo quería esperar. Pero voy a quedarme en la casa de Alex de todas maneras.

—Si querés podemos ir a otro lado ¿Quizás un bar? 

—Aún no abren los bares —reí—. Pero mejor no, si mi madre me ve en la calle me va a castigar hasta el año que viene.

—¿Te escapaste? —ella levanta las cejas con diversión.

—Algo así —muerdo mi labio inferior—. Ella piensa que estoy durmiendo en la casa de Alex.

—En teoría eso es escaparse —se ríe—. Pero si, será mejor que vayamos, te dejaré en tu casa a salvo.

—Mejor en la casa de Alex. Es la que está frente a la biblioteca.

Ella asintió y se levantó para dejar las sobras de la comida en la b****a y luego nos dirigimos a la moto otra vez. Quizás puedo decir que esta vez lo disfruté un poco más, sabía que Selene tenía precaución y ahora me sentía un poco menos ebria que antes.

La calle estaba casi desierta, todos estaban durmiendo y se notaba, por lo que intenté no hacer tanto ruido. No era buena idea de que un vecino me escuchara llegar tan tarde.

Ella estacionó frente a la casa de Alex y apagó el motor, dándome lugar para bajar primero y sacarme el casco.

—Gracias, por todo.

—Cuando quieras —sonrió y guiñó un ojo

—¿El lunes vas a la escuela? —pregunté sin saber que decir

—Uhm, claro —acomodó su cabello

—¿Entonces almorzamos juntas? —pregunté esperanzada

—¿Querés almorzar conmigo? —ella sonríe de lado

—Claro, me encantaría.

—Entonces te veo en la escuela —le sonrío después de morder mi labio inferior.

Nos quedamos por un largo tiempo mirándonos, pero no era una situación incómoda, aunque no sabía que decir. No sabía si darle un beso en  la mejilla, darle una palmada y agradecerle o qué, pero aunque pensara en miles de posibilidades solo quería hacer una única cosa.

—¿Selene?

Ella abrió su boca para hablar, pero todo fue un impulso por tenerla cerca, por lo que me incliné y atrapé mis labios con los suyos. Había tenido ganas de volver  a besarla desde que salimos de la fiesta, ni siquiera entiendo como es que dejé sus labios tan pronto.

No podía negar de que me había gustado mucho, ella tenía unos labios tentadores y besaba bien. Tuvimos que separarnos después de unos minutos y recibí una sonrisa de su parte.

—Bueno, esa si fue una sorpresa —ella muerde su labio inferior

—Nos vemos el lunes —sonreí y guiñé el ojos antes de girarme y comenzar a caminar hacia la casa.

Selene  me esperó hasta que pude poner la llave en la cerradura y entrar en la casa de mi mejor amiga. La saludé desde lejos antes de que escuchara como su moto se alejaba lentamente. La buena noticia era que no estaban sus padres, por lo que era libre de quitarme el disfraz e ir a la cama.

Eso fue lo que hice apenas subí a su habitación, mi amiga era bastante desordenada, pero me había dejado la ropa de dormir en mi lugar de la cama, por lo que después de ducharme terminé metiéndome en la cama.

Alex mandó un mensaje diciendo que volvería en unos minutos, por lo que estaba más tranquila y si podía la esperaría despierta. Pensando en esta noche fue que apareció una sonrisa en mi rostro, no puedo evitar no pensar en Selene.

¿Qué fue lo que sentí?

Analizando la situación, quizás esto solo estaba sucediendo en mi mente, aún me sentía un poco ebria. Pero ese beso había sido una delicia, ella era muy hermosa y fue una  buena noche

Ella fue todo lo contrario a lo que imaginaba. Se comportó amable y me trajo a casa sin pedir nada a cambio, entonces ¿Será verdad todo lo que Lucrecia me decía de ella o solo lo hacía por el simple odio?

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