Narra John
—¡Maldita sea! —grité con rabia.
—Cálmate John —me ordenó Khoved irritado.
—¡¿Cómo mierdas quieres que me calme?!, ¡si esa perra tiene a mi hija! —grité histérico.
—Quédate tranquilo maldición, recuerda el chip —tenía razón.
Pero eso ya estaba resuelto, porque ya había mandado a rastrear su ubicación.
Ya más calmado tome mi celular y marque un número en especifico.
—No&