ROSARIO GARCÍA Los días transcurrieron y la policía no volvió a visitarme ni a mi ni tampoco a mi lugar de trabajo. Eso lejos de dejarme tranquila me preocupa porque siento que algo muy malo está ocurriendo. El temor de ser implicada en algún acto criminal me produce intranquilidad. Luego de tener un niño de un sacerdote ya no se que más podría ocurrir. Nataly me escribió esporádicamente para preguntarme por Christian y aunque he pensado contarle que descubrí el origen de mi hijo, no he tenido el valor para hacerlo. Se que ella es mi amiga, pero he sentido que nuestra amistad ya no es la misma de antes. Adoro a Nataly y no olvido todo lo que hemos compartido, pero siento que algo ha cambiado luego del nacimiento de mí hijo. No sé a qué se debe la sensación que albergo en mí pecho, pero no puedo evitarla. Recibí un mensaje suyo mientras estaba trabajando y eso me resultó extraño porque no es el horario en el que suele escribir. El contenido de dicho mensaje me impactó. "
RICARDO FONTANA Desde que me he separado de Rosario he vivido en el eterno recuerdo y también en la comparación de lo que vivimos. Cabe destacar que no siempre fue así, porque en principio sentía muchísima rabia por su infidelidad, algo que ha ido cambiando. Jamás perdonaré a Rosario por tener al hijo de su amante, pero se que podría haber perdonado su infidelidad. Me hubiese costado hacerlo, pero se que yo también le fui infiel. En la actualidad han habido otras mujeres, no solo una. Quien sabe de mis andanzas es Nataly pero ella jamás hace algún reclamo porque no somos más que amigos con algunos beneficios adicionales. Estar con otras mujeres solo me ha hecho comparar a lo que tenía con Rosario. He tenido sexo satisfactorio, no voy a negarlo, pero no se ha comparado con Rosario. Ella era cálida conmigo, cariñosa y no solamente por el momento de pasión, sino que disfrutaba estar entre mis brazos. Con ella no todo era una provocación sexual, sino que había algo mucho más p
ROSARIO GARCÍA Ha pasado un mes desde que fuimos a hacer los trámites pertinentes para que Daniel reconociera a Christian como su hijo y eso no es algo que me haga sentir bien. Cada día que ha trascurrido desde mí divorcio se ha convertido en un desafío personal para salir adelante por mis propios medios y cuidar de mi hijo económicamente para que nada le hiciera falta. Creí que podría vivir con la incertidumbre de quién era el padre de mí hijo por más de que no pudiera comprender como eso sucedió. Fue muy duro todo lo que viví, pero con la llegada de Daniel a nuestras vidas no puedo sentirme tranquila. Daniel es un buen hombre y me apoya económicamente aunque aún pretendo salir adelante sola. Él me ha traído dinero y también me ha enviado ropa y pañales para Christian, usando de intermediario al chófer que nos llevó a hacernos la prueba de ADN. Estoy admirada por él y por la valentía con la que enfrenta ésta nueva responsabilidad que es para toda la vida; me gustaría a mi
ROSARIO GARCÍA Un nuevo día comienza y voy a llevar a Christian a la guardería para irme a trabajar. Mi vida no es normal así lo quiera y se que en algún momento tendré que afrontar más problemas de los que deseo. No sé con quién hablar de todo lo que siento porque no quiero ser juzgada y por obvias razones ir a confesarme ya no es una opción. No sé cómo haga Daniel con todo lo que le ocurre, pero se que para él también vendrán tiempos difíciles en cuanto Christian lleve oficialmente su apellido. Me aterran las consecuencias que tendremos los dos y también en lo que pase cuando nuestro hijo sea mayor. Fui a mi trabajo con la mejor predisposición como cada día. Detrás de mí sonrisa disimulo todos los problemas que se avecinan y la preocupación por lo que aconteció con la madre de Daniel. Esa mujer me aterra porque se que si el dinero y el poder se usan para el mal pueden causar mucho daño. Cuando acabé mí turno me apresuré a salir para recoger a Christian y finalmente ir a
ROSARIO GARCÍA Daniel y yo pasamos un momento tenso. Quisiera creer que yo me llevé la peor parte, pero que su propia madre actúe de un modo tan irracional se que no debe de ser nada lindo para él. Tomamos el café en silencio. Ninguno de los dos sabía exactamente que decir, pero tengo claro que nuestra única preocupación ahora es Christian. Realmente valoro que él sea un hombre capaz de defender a su hijo aunque su madre fuera una completa desquiciada. Se que en otras circunstancias probablemente él intentaría justificar un modo tan irracional de actuar, conozco casos así. -¿Quieres que prepare la cena?- Me ofreció al ver qué aún el equipo de seguridad no llegaba -¿Sabes cocinar?- sonrió por primera vez en el día -Ya es tarde Rosario, los dos tenemos hambre y se que puedo preparar algo para los dos. No seré un chef pero se que puedo cocinar- Volvió a sonreír -Cuida a Christian mientras yo preparo algo. Soy una chef después de todo- Me puse de pie y fui rápidamente a
DANIEL O'HIGGINS Jamás dormí con una mujer hasta que compartí la cama con Rosario después de un momento de tanta tensión para los dos. Soy un hombre religioso y casto, jamás tuve intenciones sexuales con nadie y nunca le di la oportunidad a ninguna mujer de propasarse de alguna manera ni deseé que lo hiciera. Lo inesperado para mi fue ser tocado por Rosario mientras estábamos en la cama. Ella dormía, por lo que no puedo culparla de nada, aunque no comprendo cómo acabó teniendo ese impulso extraño, atrevido y descarado. Nos dormimos nuevamente y he de admitir que ella es una mujer inquieta que me destapó toda la noche. Opté por abrazarla y me quedé profundamente dormido, aunque al despertar lo hice con una erección que ni el pantalón lograba disimular totalmente. Me aparté de Rosario y fui al baño para que ella no pudiese verme en este estado tan penoso. Acabé mojando mis partes privadas con agua fría y luego de secarme respiré profundamente. Cuando volví a la habitac
DANIEL O'HIGGINS Luego de hablar con el Padre Julián estuve en un largo e interminable período de reflexión y también duda. Se que varios sacerdotes rompieron sus votos de castidad y abandonaron el sacerdocio. Fueron diferentes circunstancias y ellos sencillamente cayeron en la tentación del placer carnal, muy diferente a mi situación actual. Si yo dejara mí vocación sería para disfrutar del amor que le tengo a mi hijo. Cuando llegue el documento de Christian tendré que romper el silencio y afrontar esta situación tan compleja, pero antes de que eso pase debo hablar con mi madre para saber en qué estaba pensando al cometer una locura así. Fui a ver a mi hijo. Aún no transcurrieron veinticuatro horas desde que estuve con él, pero lo extraño. No sé cómo podría hacer para vivir sin él. Aún pienso en lo que Rosario sugirió hace tiempo acerca de irse de la ciudad y estoy seguro de que no podría soportarlo. Vernos luego de la noche compartida fue incómodo, pero aún más saber
ROSARIO GARCÍA Nací en Colombia, pero desde pequeña vivo en Estados Unidos. Mi familia decidió mudarse en búsqueda del sueño americano y gracias al arduo trabajo pudieron conseguirlo. Tengo 27 años y aunque estudié en la universidad no ejerzo mi profesión. Soy chef, pero aunque amo cocinar, cambié mis sueños profesionales por el amor de un hombre. Conocí a Ricardo Fontana a la salida de la universidad por amigos en común. Al verlo, comprobé que el amor a primera vista si existe. Él, es un hombre guapísimo de piel canela apenas un poquito más oscura que la mía. Es alto, atlético, fuerte. Todo en el me gustaba y así lo quisiera me era imposible encontrarle defectos. Claramente, con él también aprendí que el amor es ciego. Después de un año de novios, Ricardo me pidió ser su esposa y ese día me sentí la mujer más dichosa que habitaba en este mundo. Apenas dos meses después caminé al altar vestida de blanco. Mi cabello castaño estaba semi recogido y adornado con pequeñas flores blanca