Después de un reconfortante sueñito, entramos a casa a eso de las diez de la mañana, la familia nos recibía con un gran desayuno, nuestros padres platicaba de lo más amigable y me hizo sentir tan bien, parece que congenian y se llevaran de maravilla, veo a mi alrededor y me doy cuenta de que tengo una gran familia, mis amigos son mis hermanos locos y despistados que ríen como si estuviesen en una escuela de payasos y lo más importante de todo, es que ahora Karol está feliz, parece que al fin ha encontrado a su alma gemela y lo sé porque puedo ver esa misma luz radiante en los ojos de Sergio. Aunque están saliendo, pero el que lo haya presentado a toda la familia como su pretendiente ya es un paso importarme.
Y si hablamos de las inesperadas historias de amor, sin duda la de ellos es la mejor. Semanas después del día en la playa. Una noche mientras Karol