Capítulo 177.
Amelia se quería mantener firme e impenetrable, pero tantos años de cariño, tantos años de crianza y recuerdos estaban jugando en su contra.
En ese momento de duda, Angus toma la pluma de la mano de Amelia con delicadeza y susurra.
— Has hecho demasiado por nosotros madrina, ha llegado el momento de enfrentar nuestra realidad por nosotros mismos.
Amelia se giró con el rostro compungido y los ojos llenos de lágrimas, esas que rara vez se atrevía a mostrar en público.
— Gracias por todo lo que has hecho madrina —dijo Angus con voz firme y sin que le temblara el pulso, puso su firma en el documento dando así la autorización a la instalación de retener a su hermana el tiempo que consideraran necesario.
— Yo seré el responsable de cualquiera que sea el resultado de todo esto.
Una sensación de incertidumbre angustia Amelia, cada una de las palabras de su ahijado la pusieron más y más nerviosa.
Al momento de quedarse a solas Amelia se puso firme.
— Dime ¿qué planeas Angus? ¿Por qué me dices