Los nervios consumían a Lorena por completo, ella era una captadora de oportunidades no una enfermera o algo parecido, no sólo a ella sino también a Hugo que se encontraba concentrado en soportar el dolor que iba en aumento conforme pasaba el tiempo

— Lorena — dijo él con la voz cargada de cansancio y agotamiento al mismo tiempo que sentía como cientos de gotas recorrían su cuerpo.

El sudor que intentaba de manera persistente vencer la alta temperatura que tenía.

— Solo déjame ir— decía él entre jadeos— te aseguro que no voy a acusarte con nadie.

— ¿Acusarme?— respondió ella conteniendo sus ganas de salir corriendo del lugar en busca de ayuda, porque a pesar de negarlo y en contra del sentimiento de auto preservación que tenía dentro de ella, ese hombre que tenía frente a ella había roto barreras que nadie había logrado traspasar antes.

Esa era su rabia, ese era su dolor, que finalmente y después de tanto tiempo de lucha de mantenerse oculta y de negarse sentir algo por alguien, cuan