Por Valeria
Llegamos juntos con la otra limusina y aproveché que los dormitorios de Susana y Mariana estaban en nuestra ala, subí charlando con ellas y me encerré rápidamente en mi habitación.
Al día siguiente desayunamos como siempre y casi todo fue normal.
Solo en un momento, por la tarde, Mariana, Susana y Francisco estaban discutiendo con Pedro a causa de Daniela.
Desde el salón principal se escuchaba la discusión que se llevaba a cabo en la biblioteca.
Yo estaba en el salón con Emi, Omar, Ana, Manu y Alejandro.
-Es por tu culpa.
Dijo Ana de repente.
-¿Perdón?
-Mariana y Susana te escuchan a vos, que le vas con cuentos.
-Yo no tengo nada que decir, estás equivocada.
-¿Vos tampoco vas a decir nada?
Le pregunta, enojada, a Alejandro.
-Todos sabían que es desastrosa, vos también lo sabés y se enfrentó a Mariana y a mi padre ¿Qué esperabas?
-Anoche la besaste como si fueras a respaldarla.
-No, anoche la besé para…divertirme y ella me siguió el juego por orgullo.
-Daniela no es orgullo