El tema más comentado era el asunto de los Herrera, seguido por el de los Vargas.
Se rumoreaba que los Vargas habían encontrado a su hija perdida hace años. En cuanto a por qué no lo habían anunciado públicamente, había toda clase de especulaciones.
Lucía se había pasado todo el día escuchando rumores sin sacar nada en claro, así que decidió presentarse directamente en casa de Ana con comida para hablar durante toda la noche.
—Sí, salieron los resultados de las muestras que tomaron. Tadeo y yo no tenemos parentesco sanguíneo.
Al decir esto, el rostro pálido de Ana no mostró ninguna emoción particular.
Dio un pequeño sorbo a su bebida, sintiendo el ardor del alcohol en la garganta.
Lucía se sorprendió:
—¿Sin parentesco? Imposible, te pareces tanto a los Vargas...
Aunque no había visto a Lily, por su intuición femenina, también sentía que Ana era la verdadera hija de los Vargas.
—En el mundo hay muchas personas que se parecen. ¿Crees que todas tienen lazos de sangre?
Ana sonrió ligeramen