7. Todavía no te olvido
Evan
—¿Qué es lo que está pasando con Sofía, Evan? —me reclama James apenas entra a la oficina.
—¿No es obvio? —ironizo revisando los documentos que la susodicha me acaba de entregar, por segunda vez, y los tiro a la basura sabiendo que en verdad no los necesito—. Es mi asistente personal.
—Pero ¿cómo sucedió eso? ¿Acaso ya han hablado y solucionado las cosas?
—Por supuesto que no, ¿por quién me tomas? Jamás le perdonaré lo que me hizo y lo sabes.
James guarda silencio apretando los labios en una fina línea, lo cual me indica que está a punto de explotar.
—Evan…
—No, ni lo digas —le advierto—, y por favor mantente al margen de todo este asunto con… ella.
—Okey. —Hace amago de cerrar su boca con un zipper y cambia de tema abruptamente.
Por varios minutos parlotea sobre la empresa y todos los problemas legales a los que mi tío tuvo que enfrentarse y por los que tomó la decisión de venderme la agencia, sin embargo, mi mente no hace otra cosa que no sea pensar en Sofía y lo tirano que me